Que le gusta ser activo en redes sociales, que se pinta o se pintaba el pelo, que es alegre y bailarín… ya lo sabemos, ya lo leyeron en muchos medios de comunicación. Detrás de eso está la historia de un joven futbolista con mucho talento. Vamos a lo importante.
Su nombre es Edwin Stiven Mosquera Palacios, nació en Quibdó, Chocó, el 27 de junio del 2001. Creció en el barrio El Poblado de Quibdó, los primeros años los vivió con su madre Candelaria y su padre Fernando; luego vivió con su tía, sus abuelos, su hermana y sus primos, cuando sus papás se fueron a trabajar a Bogotá.
Edwin escapa a la típica historia del niño que solo vivía por jugar al fútbol y que ahí invertía todo su tiempo. “Yo casi no jugaba, no me dejaban. Con mis amigos fui a un equipo y me pidieron los papeles… yo ni los entregué porque mi mamá no me dejaba jugar”. Al tiempo terminó jugando allí, porque hablaron con su mamá y la convencieron. Luego jugó en el equipo de su barrio y posteriormente en el club Linaje de Quibdó.

Su perfil dominante es el derecho, mide 1.71 metros y calza 38 y medio. Comenzó jugando como lateral derecho, pero su habilidad y talento para atacar lo sacaron de la zona defensiva. Su proceso formativo y sus condiciones lo llevaron a la posición de volante creativo y luego a la de extremo ofensivo, además por esas marcadas características que quiere aprovechar cualquier entrenador para esa función. Así juegue ahora como extremo, es otra la posición que más disfruta: “donde más me gusta jugar es de volante 10, obvio”.
Recuerda que en 2016 tuvo su primer acercamiento al DIM. “Tucho Ortiz me vio en el Torneo de Las Américas en Cali y me dijo que me fuera para el Medellín, que ni siquiera tenía que hacer prueba”, pero su llegada al rojo de Antioquia se dio luego, en el 2017.
Su historia con el equipo rojo de Antioquia comenzó ganando un torneo en el departamento del Tolima. Para el segundo año fue inscrito en los Torneos Departamentales de la Liga Antioqueña de Fútbol y fue subcampeón, tras perder final contra Atlético Nacional.

Jugó en Selección Chocó y tras su llegada al DIM fue convocado a la Selección Antioquia con la que fue campeón. Destacarse en su club y ganarse un lugar en el equipo profesional lo llevó a ser convocado a selecciones Colombia.
Con la tricolor hizo parte de la Sub 18 que se conformó para jugar la SBS Cup International Youth Soccer en Japón, donde fue campeón y uno de los jugadores más destacados del torneo. Ahora hacer parte del proceso de la categoría Sub 20. “La experiencia en la Selección es muy buena. Es algo que todo el mundo quiere vivir… se aprende mucho y se madura mucho. Allá le dan más responsabilidad a uno, además de la responsabilidad del club, de representarlo bien”.

Hablando de sí mismo como futbolista es preciso. “Me defino como alguien que juega bien, que tiene personalidad”. Le gusta ver el fútbol colombiano, del que hace parte. Aprende de sus compañeros y rivales. “En el fútbol colombiano no he tenido como un solo referente, los veo a todos y les aprendo cositas, siempre es bueno aprender. Pero me gusta mucho Teófilo, ufff, Teo juega mucho”. Del fútbol internacional a quién más mira y admira es a Neymar… y hace unos años a Robinho.
Desde que era niño le dicen “Shirra”, pero ni él mismo tiene una explicación de dónde salió ese apodo que hasta ahora se mantiene y ya se ha empezado a popularizar en el fútbol colombiano.

Debutó como profesional el 16 de agosto de 2018 en un partido de Copa Colombia frente a Once Caldas en el Atanasio Girardot. Entró en el segundo tiempo en lugar de Jean Carlos Blanco. La previa fue especial, uno de los días más esperados de su vida. “Yo venía entrenando, pero no jugaba. En la tarde salió la lista de convocados y yo ni me las creía”. El grupo lo recibió con la bienvenida tradicional. “Llegué al hotel y me calvearon, me pusieron a cantar (risas)… yo estaba muy nervioso”, dice Shirra.
“Recuerdo que el partido iba 0-0 y el profe me puso a calentar. En el entretiempo me preguntó que si no me daba miedo jugar, que si estaba preparado. Yo le dije que sí, que no tenía miedo pero mentiiiras, yo estaba asustaaado. Cuando me llamó para meterme… ufff… casi me orino, yo le dije que iba para el baño (risas)… Ya después entré, toqué la primera pelota y ya, melo”.

Tuvo la fortuna de encontrar un grupo que lo apoyó en s llegada al profesionalismo. “Nicolas Palacios, Dayron Mosquera, Elvis Perlaza, Jesús Murillo, me acompañaron mucho… me dicen que tengo mucho potencial y que no me deje llevar por lo que diga la gente sino que me enfoque en lo que yo quiero y en mi familia, que yo soy el que tengo la responsabilidad de sacarla adelante. Ah, también me dicen que derroche mucho fútbol”.
Es agradecido y valora el aporte de todos sus compañeros en el proceso que lleva. “Todos me piden y me dan algo diferente… de todos he aprendido y me han ayudado a seguir madurando”.
Hoy es un extremo rápido, habilidoso, muy picante y encarador. Sus ojos y sus pies los tiene puestos en el Independiente Medellín, en trabajar y ganarse un lugar; pero como muchos futbolistas, sueña en grande. “Me gustaría mucho jugar en Europa, jugar en Selección Colombia y jugar Mundiales… sueño con quedar en la historia de Colombia”.

Edwin Stiven Mosquera es mucho más que sus redes sociales, es mucho más que lo que dicen quienes no lo conocen. El camino se hace, no lo regalan… y Edwin ha construido el suyo con esfuerzo y talento. Hoy es orgullo para su familia y va por mucho más. ¡Éxitos!
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